viernes, 2 de marzo de 2012

Resacon en Daytona. (el retorno...)

Después de mucho pensarlo y mucho tocarme los huevos, me he decidido a volver a escribir en este experimento que empecé hace 2 años. Espero esta vez tener más fuerza de voluntad (y tiempo) e iré dando cada cierto tiempo mis impresiones de lo que ocurre en el mundo de los giros a izquierda.

Bueno, al lío. A ver por donde empiezo...

Las Speedweeks más largas de la historia han terminado y el ganador final ha sido Matt Kenseth. ¿Contento? Pfshhh... Evidentemente sería más feliz si Smoke o Dale Jr se las hubiesen llevado, pero que le vamos a hacer, así son las carreras. ¿NASCAR está contenta? Yo diría que si. Los pelotones han vuelto a Daytona, la audiencia ha sido la mejor de la historia de FOX y pese a los múltiples accidentes a lo largo del fin de semana, nadie ha resultado herido de gravedad. ¿Podría ser mejor? Claro que si. Si Jr. hubiese conseguido adelantar a Kenseth en los últimos metros, los gritos de orgasmo múltiple en las oficinas de NASCAR todavía se seguirían escuchando.
Y ahí es donde entra el tema de la popularidad. No es algo a despreciar, a fin de cuentas creo que NASCAR es de los pocos deportes que entrega un premio al piloto más popular. Y francamente, Matt Kenseth jamás de los jamases, estará entre los 5 finalistas y veces dudo que esté entre los 10, pese a ser un campeón con 2 victorias en las 500 de Daytona. No se mete en líos, no grita, no maldice, no hace videos ni fotos graciosas por Twitter... simplemente, conduce. El único rasgo de su personalidad que he llegado a conocer y que me atraía, es que es fan de Metallica. Nada más. Antes al menos la decoración de su coche molaba. El amarillo y negro de DeWalt para mi era una de las mejores decoraciones de NASCAR. Y si a eso sumamos que por sus uniformes, sus mecánicos se hacían llamar "Killer Bees" (mucho mejor que el gaylor "Rainbow Warriors" de los mecánicos de Jeff Gordon) hacía que el 17 tuviese su puntito. Pero luego pasamos al dudoso lila de Crown Royal para llegar al horribilísimo azul y amarillo de Best Buy. Sinceramente, por muy fan de Kenseth que puedas ser ¿como justificas comprarte su merchandise con esos colores tan feos? Puede sonar raro y a un discurso muy de tía, pero cuando te acercas a la categoría por primera vez, en lo primero que te fijas es en los coches y su decoración. Yo reconozco que el primer coche que me gustó era el nº8 Budweisser de Dale Jr, tardé en hacerme fan suyo 0,5 sg.
Y esa es mi base argumental de por que la victoria de Kenseth no ha dejado contenta a la gente. Vaya gilipollez...

Dejando de lado la sección de estilismo, hay que decir que las 500 del equipo nº17 han sido de libro. Ni un solo error en un circuito que castiga los errores como en ningún otros sitio. Y sobre todo, una potencia impresionante bajo el capó del Ford Fusion. Hay que resaltar las declaraciones de Kenseth en las que decía que trataba de esperar a Jr para que lo empujase en la recta de atrás tras las relargadas, pero que el Chevy no podía mantener el ritmo del Ford. Teniendo en cuenta que los Chevy de Hendrick no han sido precisamente mancos en Superspeedways a lo largo de la historia, esa declaración merece un WOW! en toda regla. Buen trabajo de la gente Yates en los motores y de Roush en el tunel de viento. El lunes por la noche y básicamente durante toda la semana, el Ford nº17 era el coche a batir.

Lo que nos lleva a la otra noticia de la semana. El paso de Penske en 2013 de Dodge a Ford. Noticia anunciada ayer y que, francamente, nadie se esperaba. Sobre todo porque recientemente, Brad Keselowski publicaba en twitter una foto del nuevo Dodge que Penske estaba preparando para el año que viene y que sería presentado en la próxima carrera en Las Vegas. ¿Se ha cansado Roger del casi nulo apoyo que recibía de Dodge? Leyendo sus declaraciones durante la rueda de prensa de ayer, parece ser el principal motivo. Ser el único equipo de NASCAR leal a Dodge, por muy bonito que trataran de hacernos creer, no era la mejor opción. Eso unido al actual momento de forma de Ford ha precipitado los acontecimientos.
La letra pequeña está en que Penske armará sus propios motores, y no utilizará los proporcionados por Yates-Roush, que son los que usan el resto de equipos Ford. Una opción arriesgada para Penske, ya que gran parte del éxito actual de Ford se encuentra en esos motores.
La otra cuestión es ¿que va a a pasar ahora con Dodge?
....
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puessss....
la verdad....
Que, salvo milagro, van a desparecer de NASCAR.
Ahora mismo no veo ningún equipo que esté en condiciones (ni con ganas) de poner al carnero en su morro. Además hace poco en la sexta veía el documental de la factoría de Viper y como explicaban que tenían que cerrar. ¿Una premonición?

¿Otro tema de la semana? La sanción de Chad Knaus de 6 carreras por las irregularidades encontradas en las verificaciones antes de Daytona y la pérdida de 25 puntos para Jimmie Johnson. Por lo que he leido, Hendrick ha apelado la sanción y Knaus podrá estar en Phoenix este fin de semana. Así que ya están todos avisados. El equipo 48 va a ser como un león herido este domingo, que todos se preocupen porque Superman está cabreado e intuyo que va asacar el rodillo. Además es en Phoenix, donde un mal día de Jimmie es como ver a Tele 5 programar documentales, posible, pero poco probable.

Bueno, lo dejo por hoy. A ver si con un poco más de tiempo cambio el aspecto del blog que no me convence del todo.

Y no he hablado del piñazo de Montoya! Pues mi opinión. Los que hablan de NASCAR solo cuando los coches se estrellan, merecen que les metan astillas de bambú bajo las uñas. He dicho!

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